viernes, 7 de agosto de 2009

OUR WORLDS AT WAR: DC COMICS EN GUERRA

En el año 2000, tras un proceso electoral bastante arduo, llegó a la Casa Blanca un hombre que destacaría por llevar las riendas de su país de una forma bastante cuestionable. Se trataba de un tipo cruel y manipulador, que se movía tras una imagen de rectitud y conservadurismo, incluso por su culpa hubo una terrible guerra. ¿Alguien sabe de quien se trata? Quien haya dicho “George W. Bush”, está equivocado, porque el nombre de este presidente es Lex Luthor, quien hizo de las suyas en la saga Our Worlds At War (Nuestros Mundos En Guerra).

ANTECEDENTES
La historia comienza cuando Estados Unidos elige como presidente a Luthor. Un evento de considerable importancia para DC. El Comandante en Jefe exhortó a seguir el ejemplo de gente admirable, como la JLA o Superman, mientras que por otro lado, Empresas Wayne se enfocó a desprestigiarlo.

Durante el año 2000, Brainiac, para variar, invadió Metropolis, soltando el virus B13. Luthor negoció con el ser extraterrestre el conocimiento de su nueva tecnología a cambio de su hija (si, leyeron bien, Lex prefirió regalar a su hija a cambio de satisfacer su ego), y quedó ante el mundo como el gran hombre que derrotó a Brainiac y le regaló a Metropolis una tecnología que en milenios no vería siquiera. Lo que el gran enemigo de Superman ignoró fue que Brainiac se retiraba temporalmente, pero iba a volver a la Tierra. Un año después, Luthor recibe una visita a la Casa Blanca: se trata de una atractiva muchacha que le aconseja iniciar una guerra, para que él quede como el héroe... la chica en cuestión es Lena Luthor, su hija. Ha crecido a causa de la relatividad por ser aprendiz de Brainiac.

Y es así como llega Imperiex, una fuerza cósmica destructora de galaxias. Su labor es destruir el universo entero, por lo que todas las razas extraterrestres y todos los mundos se alían . Entre ellos el despiadado dictador de Apokolips: Darkseid (quien se siente algo incómodo de trabajar al lado del “Presidente Insecto”). Abiertamente, todo el universo le declara la guerra a Imperiex. Vemos desfilar a los héroes del Universo DC, hasta que su más grande representante lo destruye, para permitir la entrada de un mal mayor: Brainiac 13.

¿REALIDAD O FICCIÓN?
En el 2001 DC Comics sorprendió con un crossover que planteaba temas que fusionaban la ficción con la realidad de forma impresionante: un presidente cruel que permite una guerra a sabiendas de lo que va a pasar, alianzas entre seres totalmente distintos entre si y un ataque a las torres gemelas de una ciudad (las de Lexcorp en Metropolis, para mayores datos)... ¿Extraño, verdad? Hasta pareciera que toda la saga es una indirecta al gobierno de Estados Unidos, a no ser porque todo fue un estupendo juego de sincronicidad que hizo que varios elementos del mundo real y el mundo de los comics coincidieran.

EL HORROR DE LA GUERRA
A diferencia de otras sagas y de otros episodios que desfilan en los comics, Our Worlds At War destaca por demostrar la guerra como realmente es: nada divertida, nada emocionante, nada graciosa. Un infierno donde la victoria no existe, sólo la derrota para todo participante y para todos los bandos. Hay incontables bajas, numerosas muertes, y malos entendidos entre un planeta y otro por cuestiones bastante idiotas (Brainiac 13 ataca usando la tecnología de Metropolis a Apokolips, y Darkseid le declara la guerra a la Tierra, rompiendo la alianza sin ninguna consideración), y son destruidas ciudades con habitantes que nada tienen que ver con el conflicto.

Como en toda guerra. El párrafo anterior, si elimináramos “Our Worlds At War”, “Planeta”, “Brainiac 13”, “Metropolis”, “Apokolips” y “Darkseid” y lo sustituyésemos por “Vietnam”, “Inglaterra”, “Alemania”, “Estados Unidos”, “Rusia”, esto no parecería una reseña sobre comics sino un ensayo histórico.

DURANTE LA BATALLA
Our Worlds At War fue todo un evento para el Universo DC. Después nada volvería a ser el como antes: el Mayor Lane, padre de Lois, muere defendiendo la Casa Blanca. Queen Hippolyta, la madre de Wonder Woman, también muere, y su hija termina con su hermoso rostro repleto de rasguños. Los padres de Clark Kent también, cuando una sonda de Imperiex devasta Kansas, y por supuesto, Smallville. Aquaman se despide de la faz de la Tierra junto con muchos peces, dejando el océano pintado de rojo, Steel termina por liberar a Doomsday (última arma del Presidente Luthor para acabar con Imperiex... cabe señalar la mordaz critica a la irresponsabilidad de los gobernantes. Lex prefiere dejar libre a uno de los seres más agresivos de su universo para, según él, salvar al mundo). Guy Gardner y Maxima no son la excepción.

La panorámica del campo de batalla, en el espacio, nos permite ver a los más grandes héroes de la Tierra, como Flash, Martian Manhunter y Green Lantern, gravemente heridos.

Los niños y los animales no son la excepción: Superboy, Impulse, Robin, Wonder Girl, Secret y todo Young Justice sufren considerablemente, el segundo queda en estado se shock. Mientras que Krypto está a punto de ser aplastado por Imperiex... como suele suceder en los comics, muchos de los personajes antes mencionados “regresarían de la muerte”.

DESPUÉS DE LA TEMPESTAD...
La historia fue una ironía asombrosa, pues la guerra sólo sirvió para convertir a Luthor en héroe por su excelente manejo de la situación. La reconstrucción de la Tierra tomó tiempo, y contrariamente a lo que cree, en las páginas de los comics de DC se siguen declarando guerras. ¿Que chistoso, no? Parece que los seres vivos no entendemos, ya sea en los comics o en la vida real.

Artículo publicado en la revista "Comic Zone".

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