viernes, 7 de agosto de 2009

EL EXTRAORDINARIO MUNDO DE MR. STEVENSON


Dos de las más grandes historias de la literatura inglesa del siglo XIX empiezan con objetos. Se trata de una pócima y un mapa del tesoro. El autor de ambas historias fue un hombre llamado Robert Louis Stevenson.

Sus personajes han viajado a través de las mentes de generaciones enteras. Jim Hawkins, el muchacho que zarpa en el galeón La Hispaniola y conoce al peligroso pirata Long John Silver. Mr. Utterson, el respetable abogado del Londres Victoriano que conoce a dos personas distintas que resultan ser la misma: el Dr. Jekyll y Mr. Hyde.

El llamado a la aventura y la impetuosidad de la juventud. La dualidad y el lado oscuro del ser humano. Dos temas eternos en dos novelas igualmente eternas, y con unos personajes inolvidables.

A Robert Louis Stevenson (1850-1894) lo han admirado grandes autores como Borges, Kipling, Navokov y Hemingway. Y con toda razón. A lo largo de su vida se preparó para estudiar primero ingeniería náutica y posteriormente derecho. Fue un abogado notable, pero eso se debía más a su interés por la lengua que, para fortuna de todos los que hemos crecido con uno de los grandes clásicos. Curiosamente, a pesar de ser uno de los más grandes autores de la lengua inglesa, Stevenson fue analfabeto hasta los ocho años, pues la precaria salud de su madre le impidió estudiar.

Su amor a la aventura lo hicieron viajar por el pacífico, donde pasó un tiempo en las islas samoanos. Allí llevó una relación muy buena con los aborígenes de la isla –podríamos decir que hoy en día se llamaría activismo de izquierda- pues tomo partido con los jefes locales oponiéndose contra la dominación alemana del lugar, e incluso escribió artículos en periódicos para la prensa británica sobre la patética situación de la isla samoana. Incluso los nativos lo llamaron “Tusitala”, que significa contador de historias.

Algunas de sus obras fueron “Cuentos de los mares del sur”, “El diablo de la botella” y “La flecha negra”… pero todas quedaron eclipsadas por dos novelas memorables, que incluso han trascendido el nombre del autor, así como Drácula lo hizo con Bram Stoker, Tom Sawyer con Mark Twain o Sherlock Holmes con Arthur Conan Doyle.

ZARPANDO
Quince hombres sobre el cofre del muerto, ¡yo-ho-ho, y una botella de ron! El diablo y el ron hicieron el resto, ¡yo-ho-ho, y una botella de ron!. Frase memorable de la novela llamada “La Isla del tesoro”. Una novela llena de aventura, en una época en la que los valores al menos tenían valor.

En 1881 y 1882 en la revista para niños “Young Folk” se publicó “La Isla del Tesoro”. La historia empieza con Jim Hawkins, arquetipo del adolescente aventurero por excelencia. Jim tiene una posada junto con sus padres llamada “Al mirante Benbow”. A esta llega un hombre llamado Billy Bones. Sólo tiene una posesión: un viejo cofre. Bones llega cuando el padre de Jim está a punto de morir… la muerte rondaba al Almirante Benbow, pues esa misma noche Bones muere de apoplejía. Antes de fallecer, Bones advierte que sus esbirros irán a recuperar el cofre. Que tiene en su interior un mapa del tesoro. Acompañado del Dr. Trelawney deciden ir a buscar el tesoro a bordo del barco La Hispaniola.
Marineros desleales y marineros leales. Complots. Piratas con parche en el ojo y pata de palo; uno de los antagonistas más memorables de la novela de aventuras: Long John Silver y un tesoro esperando. Eso es lo que Stevenson ha ofrecido a sus lectores a lo largo de generaciones.

Jim Hawkins es Harry Potter. Jim Hawkins es Jack Kerouac. Es Los Goonies. Es Koji Kabuto tripulando a Mazinger Z. Es todos nosotros durante la adolescencia. El joven que busca su destino lejos de la rigidez de la escuela y el cariño de la madre. Que se mueve entre la niñez y la vida adulta, y que para madurar debe afrontar diferentes pruebas para que al final del camino desentierre el tesoro. Tal vez ese es el éxito de la novela de Stevenson desde el siglo XIX hasta el día de hoy. Nos recuerda que alguna vez fuimos jóvenes con sed de vivir y que cada que leamos o releamos este maravilloso libro, volveremos a serlo.

DOS DE UNA MISMA ESPECIE
A principios de 1885 la mente de Stevenson giraba en torno a la idea de la dualidad del hombre, y como incorporar este eterno concepto de bien contra mal y mal contra bien en una historia. Una noche, la esposa de Stevenson escuchó que su esposo gritaba y se sacudía en la cama. Fanny corrió a despertarlo y cuando lo hizo, Stevenson le dijo, molesto: “¿Por qué me despertaste? ¡Estaba soñando con un dulce cuento de terror!”
La mujer despertó a su esposo durante la escena de la primera transformación de Henry Jekyll.

La historia cuenta al notable médico Henry Jekyll, quien está obsesionado con separar el bien del mal en el ser humano. Por eso crea una pócima que al ingerirla lo convierte en un monstruo asesino, deforme y repugnante: Edward Hyde. A lo largo de la novela el abogado Mr. Utterson y Poole, el mayordomo del Dr. Jekyll se dan a la tarea de averiguar este extraño caso.

El primer manuscrito de la novela era tan espeluznante (más bien, para la doble moral victoriana, tenía escenas sexuales explícitas), que la mujer de Stevenson lo obligó a quemarlo. Aunque no hay nada comprobado respecto a esta anécdota, forma parte importante de la historia detrás de la historia, así como la hipótesis del Dr. Paul M. Gahlinger, que supone Stevenson escribió la novela bajo el consumo de cocaína.

La novela es una clara alegoría de la doble moral de la Inglaterra Victoriana, donde la clase alta vestía elegantemente mientras veía morirse de hambre al resto de la población. Donde el humo de las fábricas parecía manchas el cielo y donde a pesar de que durante aquel siglo XIX Inglaterra era el imperio por excelencia, los niños trabajaban en fábricas de fósforos y sus padres se morían por falta de salubridad. Donde algún miembro de la clase alta se autodenominaba Jack el destripador y salía a matar prostitutas en el barrio bajo de Whitechapel. No le importaban las consecuencias, pues sabía que los pobres pobres morirían.

¿Qué significa Jekyll-Hyde? Significa que el ser humano es capaz de alzar las pirámides de Egipto, pero también los Campos de Concentración. Significa que un ser humano es capaz de pintar La Gioconda y llamarse Leonardo Da Vinci, pero también es capaz de asesinar y violar y llamarse Ted Bundy. Que la línea del bien y el mal es muy endeble. Que en la luz hay sombra y que las tinieblas existe aunque sea un rayito de luz. Desdoblamiento de la personalidad. Psicopatologías. Una novela que emociona, pero que inspira miedo no por el monstruo asesino que es Mr. Hyde, sino porque ese monstruo está dentro de nosotros y aparece cuando menos lo pensemos, independientemente si tomamos la pócima o no.

EL FINAL Y EL PRINCIPIO
Stevenson murió de una hemorragia. Fue enterrado en la cima de una montaña cerca de Valima, su hogar samoano.

Pero allí están, inmortales, sus más emblemáticos personajes: el joven Jim Hawkins navegando rumbo a la isla del tesoro, y el educado Henry Jekyll convirtiéndose en un asesino que merodea las calles de Londres.


Publicado originalmente en "La Barca de Palabras", revista de la Unidad Académica Preparatoria de la Universidad Autónoma de Zacatecas.

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