miércoles, 5 de agosto de 2009

EL MUNDO ES UNA BASURA... PERO LA CIENCIA FICCIÓN NOS DEMUESTRA QUE PUEDE SER PEOR


No estoy tratando de predecir el futuro… ¡Estoy tratando de impedirlo!
-Ray Bradbury, cuando le preguntaron
si con su novela “Fahrenheit 451” pretendía predecir el futuro.


El futuro… Luce siempre quimérico, inalcanzable. “Lo que nos depara el futuro” es una frase que se usa generalmente para desginar incertidumbre u optimismo.
Pero no siempre es así. La rama de la ciencia ficción conocida como “distopía” nos demuestra que el futuro se parece más a Robocop que a mundos utópicos de Tomás Moro.

Algunas distopías nos hablan de un mundo en el que leer es delito, porque leer implica pensar, y al pensar no eres feliz. Otras distopias nos sumergen en mundos donde los gobiernos totalitarios miran al pueblo subyugado, listo para aplastarlo. En ocasiones el ser humano empieza desde cero...

EL ORIGEN DEL NOMBRE
La palabra surgen en contraposición de “utopía”. Mientras esta se usa para definir un mundo ideal, la segunda es para referirse a un mundo que es todo lo opuesto. Negativo. Oscuro. Parco. En ocasiones ficticio, y en ocasiones aterradoramente cercano a la realidad.

LA LITERATURA
“Un mundo feliz” de Aldous Huxley y por supuesto, 1984 de George Orwell son dos de las más celebres distopías en la Historia de las letras. La primera es estremecedora pues habla de la manipulación de la vida. La segunda lo es aún más, pues habla de la manipulación del pensamiento.

En el futuro de Orwell –ahora ni tan futuro, pues dejamos atrás a los 1980’s, sin embargo el tema sigue siendo vigente- todo es dominado por el Gran Hermano, antagónico ominisciente que lo ve todo, lo sabe todo, y que años después sería morbosamente plagiado para un programa de televisión con individuos diciendo ordinarieces cada segundo. ¡Pobre Orwell, se revuelve en su tumba!

El Gran Hermano tiene cámaras instaladas por doquier y lo observa todo. Lo sabe todo. Lo ve todo. Durante su régimen, hay una policía del pensamiento que controla todo lo que expresa el ser humano. Los hijos delatan a sus padres, e ir a ver ejecuciones públicas es como ir al centro comercial. El Gran Hermano y su partido dominan incluso el lenguaje. El eslogan del partido inspira más miedo que cualquier novela de terror que se haya escrito: “La guerra es la paz; La libertad es la esclavitud; La ignorancia es la fuerza. El Gran Hermano te vigila”. En la novela, pocos se oponen al régimen… pero es mejor no contar nada, porque vale la pena leerse.

A 451 grados Fahrenheit el papel empieza a arder… ese es el tema central que uno de los más grandes escritores de ciencia ficcion, Ray Bradbury, aborda en su novela “Fahrenheit 451”. La novela nos presenta un mundo en donde esta prohibido leer, y los bomberos, en lugar de apagar incendios, se dedican a quemar libros. El mundo descrito por Bradbury es escalofriante, pues el conocimiento se hace cada vez más y más lejano e ilusorio.

Stephen King no se queda atrás en la escritura de utopías. En “The Running man”, nos describe un mundo dominado por los medios televisivos, y a pesar de que la novela fue publicada en 1982, se antempone a lo que serían los Reality Shows. Aquí, el protagonista, Ben Richards, tiene que formar parte de un programa televisivo para ganar dinero y mantener a su familia… solo que si pierde, perderá su vida. Por cierto: la novela tuvo una adaptación estelarizada por Arnold Schwarzenegger, bastante alejada de su versión original.

“La ciudad y las estrellas” del formidable Arthur C. Clarke, autor de “2001: Odisea del espacio” nos muestra una utopía exageradísima. Nos describe la última ciudad de la Tierra, donde todo funciona a la perfeccion. La gente nace artificialmente, las necesidades están satisfechas… hasta que un niño nace como antaño, y alli empieza la historia, pues el niño tiene la necesidad de llegar más lejos. “La ciudad y las estrellas” nos hace reflexionar sobre lo que pasa cuando todo lo tenemos resuelto.

“Las Torres del olvido” del australiano George Turner, es un horrendo espejo de nuestra sociedad, con dos castas, los supra, con trabajo, casas agradables, educación, un sistema sanitario eficiente y la cantidad de entretenimientos interesantes con las que sueña cualquier amante de ocio. En el otro lado de la valla estás los infra, sin trabajo, viviendo de subsidios estatales en gigantescas torres donde se hacinan miles de seres humanos.

Esos son solo algunos de los cientos de ejemplos que hay en las letras, ahora, pasemos a la pantalla de plata.

SOBREPOBLACIÓN, IRREAL REALIDAD, POLICÍAS PRECOGNITIVAS…
Metropolis de Fritz Lang. Cuando el destino nos alcance. Matrix.
Empecemos por una de las más grandes obras del séptimo arte: “Metropolis” (1927) Nuevamente, en este clásico, la división de clases sociales queda muy clara. La película nos permite adentrarnos a un mundo donde los obreros viven en la parte subterranea de una ciudad futirista, mientras que la clase dominante vive en la superficiel, rodeada de lujos y comodidades. En esta atmósfera, se desarrollará el amor entre Freder y María… una película tan formidable que no vale la pena contar más de la trama.

En “Cuando el destino nos alcance (Soylent Green, 1973)el mundo esta espantosamente sobrepobaldo. Nueva York tiene más de 40,000,000 de habitantes. No hay recursos, no hay vida digna, No hay espacio… pero inexplicablemente si hay comida. Unas galletas llamadas “Soylent”, que se le distribuye a la población. Roberth Thorn, caracterizado por Charlton Heston, descubre la verdad de estas galletas: están hechas con seres humanos.

Philip K. Dick fue un escritor que se caracterizó por cuestionar la realidad y por una paranoia indiscutible. De su cuento “El Informe de la Minoría” Steven Spielberg se inspiró para la película “Sentencia Previa” (Minority Report 2002) nos cuenta la historia de John Anderton, miembro de Precrimen, una policía que con ayuda de gente con poderes precognitivos sabe de un delito antes de que este suceda. en la novela se plantea la ironía de que, debido a que los futuros asesinos fueron detenidos antes de cometer el crimen, en realidad, son inocentes. La película aborda ese tema, pero especula sobre un futuro en el que la seguridad se intercambia por libertad… pavorosamente semejante a la administración de George W. Bush. Es imposible no cuestionar que es mejor, si ser libre o vivir reprimido, pero eso si: muy seguro.

¿Quién ha podido olvidar The Matrix, de los Hermanos Wachowski (1999)? Inspirada en los temas que obsesionaron siempre a Philip K. Dick y en el anime “Ghost in the Shell” el planteamiento es inquietante: todo cuanto crees es una mentira. No existe la realidad, porque no es real tu realidad. Todo se trata de una simulación virtual que las máquinas han hecho para nosotros, los seres humanos.

El dominio de las máquinas para con los humanos es otro tema usado en las distopías. Alli tenemos Terminator. También, la escacés de un cierto elemento imprescindible. La gasolina en Mad Max, por ejemplo. El abuso de la tecnología no se queda atrás: Gattaca en el caso de la genética, o la esterilidad en el de “Hijos de los hombres” (Children of men 2006), donde un gobierno de extrema derecha tiene subyugada a Inglaterra. Hablando de Ingaterra y de extrema derecha, “V for vendetta”, comic imprescindible de Alan Moore, plantea otra distopía semejante a la de 1984. La adaptación fílmica, dirigida por los mismos hermanos de Matriz, no es ni tan buena ni tan reflexiva como el comic
En fin, son muchas las distopías, y muchas las posibilidades de que este mundo sea peor cada día… los personajes de la ficción deben vivir en esos mundos.
Afortunadamente, nosotros podemos impedirlo.


Publicado originalmente en la revista "SCI FI".

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