Fue uno de los más grandes escritores estadounidenses contemporáneos. Periodista, escritor, aspirante a alcalde de Nueva York, activista político, marihuano, icono cultural del país de las barras y las estrellas y del mundo entero. Nació en Nueva Yersey en 1923 y falleció el pasado sábado 10 de agosto. Junto con Truman Capote fue uno de los innovadores del periodismo literario.
Su nombre es Norman Mailer. Esta es su historia.
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Norman Kingsley Mailer nació el último día del mes de enero de 1923. A pesar de estudiar ingeniería Aeronáutica en la Universidad de Harvard, se sintió atraído por la escritura, al grado que publicó su primer cuento a los 18 años.
El buen Norman no se salvó de ser reclutado –igual que muchos jóvenes de su edad- para ir a la Segunda Guerra Mundial. Sus experiencias en el Océano Pacífico le sirvieron para algo más que matar gente: en 1948, antes de ingresar a la Sorbona, publica una novela basada en sus vivencias durante la guerra, esta sería “The naked and the dead” (Los desnudos y los muertos).
Después de la guerra, el mundo y Norman cambiaron. El escritor consiguió trabajo como guionista de Hollywood, pero rechazaron muchos de tus textos… nada sorprendente, pues la sociedad estadounidense siempre ha sido pro-sistema, y todo cuanto escribió Norman fue anti-sistema. Por ejemplo, sus artículos y reportajes en la revista neoyorquina de la que en 1955 fue fundador “Village Voice”, que con títulos como En artículos-reportaje como "The White Negro: Superficial Reflections on the Hipster" (1956) y "Advertisements for Myself" (1959), que destapaban la violencia, la locura, el delito y todas esas cosas lindas que el pensamiento políticamente correcto de el American Way of Life se encarga de tapar. Con el paso de los años le siguió pegando duro a la doble moral de su país, como fue su aparición en el documental “Hijacking Catastrophe”, que se enfoca en los atentados del 11 de septiembre y la Guerra de Irak.
El periodismo de interés social y político fue uno de sus principales campos. Por ejemplo, su biografía de Lee Harvey Oswald (asesino solitario de John Fitzgerald Kennedy) es un extraordinario ejemplo de la capacidad de Norman para fusionar literatura, investigación, política y biografía. En el aspecto político cubrió las Convenciones Nacionales de Republicanos y Demócratas en los años 1960, 1964, 1968, 1972, 1992 y 1996.
Entre sus obras se encuentran las novelas “Los tipos duros no bailan” y “El parque de los ciervos”. En lo que respecta a su labor periodística, ganó dos veces el premio Pulitzer.
La aventura de la “Marcha Sobre el Pentágono” del 21 de octubre de 1967 junto con todos los grupos de la vieja y nueva izquierda yanqui formada por hippies, cuáqueros feministas y otros subgrupos urbanos que vivió Norman en carne viva, con todo y manifestaciones, represión y contexto histórico se convirtió en la crónica de más de 300 páginas titulada “The arimes of the night” (Los ejércitos de la noche”). Un testimonio, una narración de hechos, una radiografía de los sesentas con toda su luz y su oscuridad. Con todos sus ángeles y sus demonios. Una obra tan buena que le dio el Premio Pulitzer.
En 1980 gana por segunda vez el premio Pulitzer por el libro-reportaje titulado The Executioner’s song (La Canción del verdugo), que es una investigación de Gary Gilmore, un condenado a muerte que prefiere su ejecución a esperar en el corredor de la muerte. El gran reportaje se basa en cientos de crónicas y entrevistas que describen la situación de Gilmore.
Un aspecto irónico de su vida fue que en una fiesta apuñaló de forma menor grave con un cortaplumas en 1960 a Adele Morales, la segunda de las seis esposas que tuvo. Nunca fue a prisión por esta acción… sin embargo si fue arrestado, por poco tiempo, por su participación en manifestaciones anti Vietnam.
Mailer se convirtió en un icono de la cultura de su país, por ejemplo, la canción “Give peace a chance”, de John Lennon, habla del mismísimo Norman, y también se le menciona en la película “El dormilón” de Woody Allen.
Norman siempre se mantuvo a la vanguardia de la escritura. Desde teclear en una máquina de escribir a finales de los cuarentas del pasado siglo hasta colaborar con el blog “The Huffington Post”. La última vez que vió la luz del día este gran periodista, este gran escritor y este gran hombre fue el sábado 10 de noviembre del 2007, cuando no fueron las amenazas, no fue la política, no fue la sobrecarga de trabajo sino una insuficiencia renal lo que terminó con su vida.
Sin duda alguna, Norman debe estar escribiendo una excelente crónica de cómo llegó al más allá. Y debe tener la entrevista exclusiva con el Padre Celestial y el Señor de las Tinieblas.
Artículo publicado en el periódico "Correo".
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